Todavía recuerdo a las ñoras en la fila de las tortillas leyendo bien apasionadas el libro semanal. Aún hoy, cuando mi limusina no circula, y espero mi cambio de un billete de a 500 con el que le pago al chofer de la combi, ver que dos o tres ñoras van bien atentas a la sana lectura que estas mininovelas ofrecen a sus fragiles mentes y destrozados egos.
pura caca.
Con un puñal en el alma
Publicadas por
Don Palabras
a la/s
10:20 a.m.
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1 comentario:
a mi me latían mas los sensacional de barrio....
jejejeje
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