La Cuchara Galvanizada V

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Chicarcas permanecía pensativo. Parecia que un enorme pesar se le montaba en el lomo al recordar las gritos de piedad del soplón. Finalmente decidió que si tenía que hacer algo debía hacer ya. El gremio de la cuchara galvanizada corría peligro pues alguien estaba liberando los secretos más atesorados de los alarifes.

Miró a Pitirijas quien tenia una cara de horror ante el dantesco espectáculo que presenciaba.

-Venga para acá maistro Pitirijas -le dijo chicarcas a su colega quien tembloroso lo seguia por los pasillos de la construcción.

Ya estando en la calle Chicarcas encaró a Pitirijas y le dijo:
-Ahora si cabrón, las vas a pagar ahora mismito. Me vale madre a quien hayas soornado ni las promesas de chamba en obras muy fufurufas, lo que no te perdono es haber contado los secretos de nuestra socieded a cuanto wey se te haya atravezado.
-Pero maistro yo nunca dije nada!!!, usted esta loco, chingue usted a su madre.
-Jaaa, estas bien wey Pitirijas, esas mentaditas de madre no son más que tus ñañaras ante lo que te espera, no me vas a convencer con tus negativas. Ya te cargo la chingada.
-Ahh si, usted no tien ninguna prueba contra mi. Además ¿que le dijo ese ojete que le hizo desconfiar de mi? ¿Que no somos compadres?.
-ahh-exclamo Chicarcas- no mame, que compadres ni que la chingada, ese hijo que mantiene ni siquiera es suyo y usted lo sabe, no se haga pendejo.
-Bueno compadre, ese es nuestro secreto....
-Si, eso mismo, y si usted no responde por su crimen ese secreto se sabrá y todos en esta obra y en todas las demás se enterarán que usted es impotente y que ese chamaco es mio....

Un gélido viento recorrio la calle levantando una fina capa de polvo de arena además que desemterraba viejos recuerdos Pitirijas viendo como su vieja se meneaba sabroso ante el hombre que tenía enfrente. Pitirijas no soportaba la imágen pero menos soportaba la perspectiva de ser humillado por el que hasta ese momento consideraba su amigo.
-Ta gueno Chicarcas, pero usted sabe que esto no quedará así. Algún día me lo chingare.
-Lo dudo ojete-dijo Chicarcas- ustes ya se fue a la mierda.


Así, Chicarcas convocó a una reunión con Don Queso y la agraviada(que bien podría decirse que tambien fue beneficiada por que como era fea la canija) y ahí mismo se confesó Pitirijas de cómo fué que le hizo para echarse a la hija de Don Queso(con gráficas y todo pues nadie se explicaba cómo carajos le dió el arrimón) y cuales fuerón sus motivaciones. La principal de estas era la calentura., alegó ante los testigos y ahí mismo se comprometió a cumplirle a la hija de Don Queso. Don Queso aceptó de buena gana al ser reivindicado el honor de su familia y apellido.

-Chas gracias Maistro Chicarcas, de verdad le agradezco que usted haya sito tan chingon para atrapar a este hijo de la chingada.
-No fué nada mi estimado Patrón, estoy pa' servirle.
-Nada, Maistro, ustes es una riata en esto de la investigada. Pero dígame ¿cómo fué que lo descubrió?
-Pos no quisiera aburrirlo con detalles harto técnicos. Tengo mis métodos.
-Bien, bien pos lo esperamos el sábado allá en la casa para darle su raya y chingarnos unos tequilas.
-Esta bien patrón, como usted diga.

De esta forma Don Queso se fue enteramente feliz y la hija de este quedó satisfecha con la elección de Chicarcas.

Si, la elección de Chicarcas, pues su plan había funcionado de maravilla a sus intereses y aprovecho los secretos de su ex compadre para engatuzarlo con esa gorda pues, no era posible que Pitirijas embarazara a esa mujer pues es impotente, de esta forma Chicarcas eludió sus responsabilidad cuando se tiró a la hija de Don Queso dejandola bien empastelada.

Y el pobre cabrón que fue sodomizado era sólo un chivo expiatorio. Realmente el presunto soplon era amigo de Pancho el puto. Y más que amigos eran pareja el par de jotos. Todo el teatro fue armado a cambio de que Chicarcas les prestara el cuarto de la azotea de la obra para sus encerrones. Pitirijas no de la había enseñado secretos de la Cuchara Galvanizada, había sido Chicarcas.

La vida era buena y Chicarcas lo sabía y no había mejor forma de disfrutarla que con un buen curado en Los Doblones de la Malinche.

Fin.